ANTI-MATERNIDAD
Por Milena Durante y Fabiane M. Borges
Dos feministas blancas, universitarias, cisgéneras y prácticamente heterosexuales, una de familia rica en decadencia y la otra de clase media baja emergente, se encuentran en un bar en el sureste del Brasil. Una tiene hijos crecidos, la otra no tiene. Beben algunas botellas de cerveza multinacionalizadas costando R$ 12,50 cada una. Ellas forman parte de un sistema de trabajo cognitivo precarizado y disputan el capital cultural con mucha gente (disputa agria y violenta). Intentan cada una a su modo, construir un camino propio (singular). Están dentro de las cuestiones contemporáneas, preocupadas por la política actual, con el futuro de la humanidad y con su propio lugar en el mundo. Hace un tiempo que no se ven, no se dan a las conversaciones pequeñas.
Simone: Amiga, que nostalgia. ¿Cómo estás?
Dona: Me encuentro en la mayor crisis del mundo. Perdí a mi macho. No hice hijos, ni familia. Me estoy quedando vieja. Me voy a morir sola y seca en un departamento, solitaria igual a esas señoras que les encuentran un mes después de muertas en Viena. ¿Sabes?
Simone: Calma que perder el macho no es un drama tan grande así... Y siempre se convierte en un buen recomienzo, nuevos pasos en una dirección que no sea la de ejercer otra maternidad, más difícil y, por encima de todo, sin las gracias de ver al niño crecer: quedarse cuidando del macho - consolar, dar de mamar, arreglar la gran cantidad de caos que hacen alrededor de nuestra vida. Aunque sepan poner la ropa en la lavadora. Perdí varios y, en la realidad, no perdí nada. Cuanto más tiempo sola, más fuerte me sentí. Sola, claro, vamos a morir. ¿Pero secas, mi bien? Lo dudo, jajajajaja. Y ser hallada muerta un mes después, ¿cuál es la diferencia? Ya estaríamos muertas de cualquier manera. ¿Crees que soy menos solitaria que tú a causa de ellos? Ellos adoran la idea de tener una madre feminista que no aparece ni en la Navidad. Hablan de mí con sus amigos con cierto orgullo, pero no les importa más mi presencia. Y a mí, sinceramente, no me
importa más, incluso para no tener que vivir la maternidad casi integral por segunda vez, siendo la abuela que cuida de los nietos como si no tuviera vida propia.
Dona: Creo que eso tiene que ver con la soledad de lo femenino. Nosotras perdimos la característica máxima de nuestra utilidad, cuando resolvimos no ser más las cuidadoras. Y a medida que caminamos hacia un modelo cada vez más individualista, capitalista y competitivo, ese papel se va perdiendo, hasta llegar a un punto en que nadie más va a cuidar de nadie. Sólo las máquinas. Pero por ahora, las mujeres que no "cuidan" a sus bebés, compañeros, viejos, familias, cargan un tipo de maldición más allá de la soledad general, una maldición punitiva, que restringe sus alianzas: "Por no cuidar, serás abandonada". Siendo que la masculinidad generalmente no sufre ese castigo por no cuidar. Y si sufren, en la mayoría de los casos pueden ser confortados en su soledad, aunque sean machistas, padres ausentes, ricos o pobres, auto-centrados o patéticos. Siempre hay alguien para consolar la culpa de los hombres. Esto es el machismo estructural. Tal vez esté cambiando con la fuerza del feminismo, pero que a veces funciona como en un acoplamiento sintomático con capitalismo global, como si lucháramos por nuestra servidumbre, cuando nos alejamos del cuidado de la familia tradicional pero nos aferramos a la "familia global" de internet vigilada por robots, administrando nuestra soledad y carencia con facebook. De modo que si el feminismo no invierte rápidamente en la creación de las familias alternativas, de las comunas, en fin, revertir esa lógica individualista, vamos todas y todos acabar en los tanques de la matrix muriendo sofocados con nuestra propia placenta súper inflada Inflacionada por el mercado.
Simone: Sí, es eso mismo. Este machismo estructural es lo que determina que los puestos de cuidado en la sociedad, que son ocupados en su gran mayoría por mujeres, sean vistos como papeles secundarios, sin valor en el mercado. Criar hijos, cuidar de la familia, cuidar de los viejos, enfermos, del psíquico, debería ser los papeles más importantes, porque de ellos depende la vida. En ese sentido, es lógico que el feminismo va a apuntar esos espacios como espacios de opresión, como en Silvia Federici, desvalorizados socialmente, y que necesitan ser rehechos. Colocar la carga del cuidado en la espalda de las mujeres, es de un profundo oportunismo, un mal carácter de género. Estas discusiones son importantes para ir minando esos machismos estructurales, a menudo considerados como "naturales". El reconocimiento final es insignificante en
términos de construcción de mundo, pero siempre va a tener un hijo, un marido feliz felicitando a la "cuidadora" que fue una mujer que enseñó mucho, que abrió mano de todo para cuidar de todos. Impedir a las mujeres de construir el mundo, para cuidar de la reproducción y del cuidado, desvalorizando totalmente ese trabajo, es un fraude histórico imperdonable. Y eso se prolonga con relación a los padres y las madres divorciadas, por ejemplo. Ellos disfrutan de mucha más libertad, sexo, afecto, cuidado y el "perdón" les son mucho más accesible. Por eso pienso que es más ventajoso procrear y cuidar desde la perspectiva del padre.
Dona: jajajaja! Sin duda el padre tiene un papel más tranquilo, porque a pesar de los términos actuales de la paternidad compartida y de la división de los servicios domésticos, a gran escala eso todavía no se compara a los de la mujer. Y yo no me importaría ni un poco de ser proveedora de varias familias, si hubiera condiciones materiales y afectivas para eso, y si las familias estuvieran de acuerdo. ¡Pero la cosa del oportunismo es que pesa!! Matarse para crear a los demás y olvidarse de sí, parece injusto para quien vive. Como si toda la potencia de un cuerpo, de un espíritu, se gastaría en la promesa del futuro del espíritu y del cuerpo del otro, y no en la construcción del mundo y de sí mismo en el mundo. Por supuesto que las mujeres se permitieron tanto tiempo de explotación porque son alimentadas por la leyenda del gen. De la eternidad de la sangre. De la extensión de su propia vida. Pero de ahí, cuando miramos a la bolita azul allá arriba en la órbita, es tan evidente que somos una mezcla genética con sus derivaciones específicas, haciendo improvisaciones en el tiempo y que estamos entrelazados por una condición multitudinaria, que no tiene que ver sólo con un cuerpo. Es una ilusión, una ilusión patriarcal la de la extensión del yo en los hijos, es un proyecto de propiedad y herencia.
Simone: Exacto. Es la grandísima ilusión de dejar un pedazo de sí para el futuro, como si existiera un sí mismo: tener un hijo, plantar un árbol, escribir un libro, las contribuciones que tenemos que dar para ese mundo. Sólo que es de esa lógica de jerarquización genética supremacista que viene todo el racismo y la diferenciación "nosotros-otros". Mi familia la que yo protejo, los otros a los que mato. Los niños ni crecieron y ya le decimos: "cuando te cases y tengas hijos..." Ya estamos planeando los nuestros hijos que van a masacrar a los hijos de otros, incluso si no nos damos cuenta de eso. O fingiendo que no nos damos. Mientras todo esté en familia, va a ser así. ¿Por qué el círculo de la familia es tan necesario para criar a un niño? ¿Para qué necesitamos esa máquina de neurosis?
¿Por qué entre amigos no podemos adoptar, hacer alianzas de responsabilidad y afecto más múltiples que las posibilidades de una pareja, aunque no es un estándar normativo?
Dona: Entonces, la idea de comuna tiene mucho sentido como resistencia a un plano de súper control e individualización. Aún más en esta época de cambios climáticos, antropoceno y todas esas cosas. Estamos en una especie de momento divisor de aguas, donde los dueños del mundo van a presentar todo el itinerario de las nuevas formas de vida, no sin antes crear más herramientas como el facebook, que promueve la guerra generalizada entre grupos e ideologías, que facilita el desentendimiento entre las personas y el vicio de opinión sin ética o profundidad. Este itinerario probablemente invertirá aún más en la desconfianza y la competición como plataforma de todo el funcionamiento social. Para salir de esa trampa, al menos tenemos que proponer otras alternativas, incluso para cuidar de nuestros niños, de nuestros viejos, y de nosotros mismos, haciendo alianzas, comunas, creando espacios de cuidado y crecimiento personal, creando singularidad en los modos de vida. Este modelo heteronormativo es muy difícil de mantener porque presupone la desistencia de sí mismo. Y generalmente esa desistencia de sí mismo es hecha por el lado más débil, sea por género, raza, clase.
Simone: Estamos justo en un gran momento de transición, y la transición parece ser hacia el fin del mundo. Pero mientras estemos vivas, las comunas serían incluso una posibilidad. Pensando en otros lugares, no en las grandes ciudades, que ya se han agotado engullidas por especulación, ríos de mierda, edificios vacíos, desigualdad, esas soledades con muertes aisladas en departamentos pequeños, con ventanas al fondo o por otro lado, en las superpoblaciones de las favelas y de los viaductos... Sólo espero que no vayamos a Marte colonizar allí de la misma forma, pero ya sin esperanza porque lo que todo indica es eso mismo que va a suceder.
Dona: Las ideologías que van a colonizar Marte son las de ese sistema actual. Toda la campaña está siendo hecha para ello, para la explotación de recursos minerales, construcción de ambientes militares y sociedad subsirviente. Lo que puede ser interesante es la disfuncionalidad de Marte. Yo tiendo a ver por el lado positivo. Como las circunstancias serán adversas y la instalación de las primeras colonias muy precaria, dentro de la cultura del do it yourself, que ellos tienen que tener de todos modos, puede ser que surja la resistencia - la del hacer una sociedad por sí misma. Me gusta pensar así,
para pensar que la resistencia es algo que no muere. Puede incluso matarse entre sí misma, pero no muere. Es decir, hay que preparar las bases de autonomía espacial y encarar de pecho abierto que nuestras perspectivas también estarán disputando los otros planetas. Ya tenemos laboratorios de satélites libres, o proyectos de construcción de cohetes ligados a la sociedad civil y universidades. Pero probablemente antes de eso van a llegar muchos soldados de las corporaciones a Marte. Pero allá, ¿ellos estarían preocupados por la procreación?
Simone: Sí, y bastante. Yo estaba viendo estos días en el sitio del proyecto Mars One un artículo en el que se preguntaban por qué tan pocas mujeres se involucra en ese proyecto y cómo ellos podrían involucrarlas en mayor número? y ¿porque? Ahora ellos quieren las barrigas de las mujeres jóvenes, en edad de procreación, y niños también. Sugieren la participación de las scouts, las buenas chicas. Porque necesitan de las personas que las mujeres van a producir y de quienes van a cuidar ad eternum y en el universo entero, no sólo en la Tierra. Las mujeres son máquinas de producir gente y cuidar de ellas gratis hasta que puedan crecer por sí mismos para trabajar y convertirse en nuevas máquinas de producción. Me siento alegre con tu esperanza en esa resistencia extraterrestre y me esfuerzo también para eso.
Dona: Pero ellos estan impidiendo a las "multitudes queers" tomar el espacio en el Mars One? ¿O será que va a comenzar a haber exportación de sectores empobrecidos pero con capacidad reproductiva, sin importar su género o raza, siempre y cuando sean capaces de hacer bebés?
Simone: Claro, creo que sí. Creo que están planeando machos y hembras para reproducir. Creo que en esta fase no deben estar pensando exactamente en eso, en la exportación de personas pobres en específico, pues me imagino que hay muchos voluntarios todavía. Pero quizás después de que una u otra cosa empiece a no funcionar tan bien como lo planeado, ¿será que va a convertirse en un tipo de alistamiento? "Usted que tiene o va a cumplir 18 años..." Y ciertamente las mujeres también necesitarán ser convocadas, recibiendo un sueldo que allí no va a valer nada. ¿Por qué hay regreso, no? No hay como regresar de allá todavía, al menos en esos primeros proyectos.
Dona: Sí, todavía no hay como regresar, los cohetes reutilizables de SpaceX todavía no están preparados para viajes tan largos. Pero eso va a suceder. Con mucho recurso terrestre al principio. Pero en la película sci-fi Elysium, los pobres se quedan en la Tierra, que es administrada por robots soldados, subordinados a los ricos que están en órbita. La tendencia también es esa. La gran cuestión será, ¿qué resistencias se crearan cuando los hijos de Marte comiencen a rebelarse a los modelos impuestos en las primeras colonias espaciales? En el caso del planeta Tierra, las corporaciones ya se unen para decidir la programación y el diseño de este nuevo mundo caliente, con bosques devastados, y con sus empresas comandando el curso de los ríos. La gran frenada en los modos de producción de tecnología todavía no está sucediendo, pero ya es parte del proyecto comenzar a crear migración para los otros planetas. No sé cuánto tiempo tardará, pero la ola está fuerte. "Prometen que de aquí a 20 años”, y tal vez ya haya proyectos que ignoramos en ese sentido, algunos prototipos de condominios orbitales en la Tierra, por lo menos.
Simone: Pues sí, las nuevas generaciones podrán rebelarse y resistir. La resistencia no muere, siempre que haya poder, habrá resistencia, estoy de acuerdo con usted. Pero también continuamos allá, en nuestra prospección, cómo continuamos aquí: sin utopía, viviendo la distopía, y aun tratando de crear heterotopías. La colonización del espacio sería una heterotopía radical en términos de topos, de lugar. ¿Y en términos de hetero? jajajajajaja! ¿Sería incluso otros tipos, otro lugar, una heterotopía de hecho o homotopía? Aquí estoy esperando que me convenzas.
Dona: Dicen que los proyectos no comenzaron aún porque el cuerpo humano no resiste a la poca gravedad de Marte, pues se debilita y envejece con velocidad. Por eso hay todo un emprendimiento ahora, en el transhumanismo y la ingeniería genética, para la eliminación de enfermedades y retraso del envejecimiento. Es todo parte de un mismo proceso ideológico de optimizar la vida. Vivir más tiempo, con menos enfermedades, los cuerpos resistirían más a las tribulaciones de los viajes espaciales y atmosféricos. Hay una película medio boba hollywoodiana, pero que es buena para hacerte pensar, el "The Space Between Us" de 2017 que se hace sobre, el primer niño producido en Marte. El crece adecuada a las características climáticas y gravitacionales de Marte, y cuando viene a la Tierra, su corazón no resiste a la fuerza gravitacional, teniendo que volver a vivir allá. La ficción ya está haciendo esas colonias desde hace bastante tiempo, queda poco para
empezar a actualizarse en la realidad. En esa película, la madre muere en el parto, y él es "cuidado" por la tripulación.
Si hacemos ese paralelo entre Marte y Tierra, vemos que las cosas se reconfiguran. Marte es vacío y devastado. Ya pasó por su apocalipsis. Se está reinvirtiendo la vida allá. La Tierra está llena de humanos y biodiversidad, pero está pasando por una Martirización (y aquí el nombre es propicio). Si pensamos en cuestión de clase, o de minoría de pueblos, tal vez tener hijos sea la cosa más importante del proceso, como será en Marte ao principio.
Sera que de lo que estamos hablando, es de que hay una necesidad y exigencia de que las mujeres blancas, eurodescendientes, hegemónicas, cisgéneras, heterosexuales, privilegiadas, herederas del patriarcado colonizador, dejen de reproducirse para que las comunidades subalternalizadas puedan reinvertir el orden político global?
Simone: Regresamos a la mujer necesitando quedar embarazada para salvar algo y ahora ya no es sólo para ser salvada ella misma, sino todo el futuro. Al mismo tiempo que parece una buena idea que los blancos dejen de reproducirse de una manera general, también es absolutamente injusto colocar esa carga sobre las mujeres de color una vez más, la gran responsabilidad de la reproducción. Es siempre pesada la responsabilidad de la reproducción sobre las mujeres. No sirve de nada cambiar de planeta si el patriarcado viene junto. Y él siempre viene junto. Que todas las mujeres paren de tener hijos puede ser la solución. La anti-maternidad. Lo que tampoco resolvería todo en términos de presente, sino que iba a estancar un futuro, al menos ese futuro patriarcal aparentemente inevitable en el que no se quiere vivir.
Dona: Me refería a la anti-maternidad de las blancas como un movimiento de resistencia al dominio patriarcal y colonizador blanco, generando con esa negación a tener hijos, más acceso a las comunidades explotadas y subalternalizadas en los espacios de producción y poder. Sería como dar un tiempo en la reproducción genética blanca para que otras poblaciones tomasen esos espacios, a través de la procreación, promoviendo más equilibrio en los puestos de control del mundo. Pero usted dice que eso no cambiaría el estado de opresión hacia las otras mujeres, y probablemente no resolvería el problema del patriarcado. ¿Resolvería?
Simone: La cuestión de clase sería afectada pero el patriarcado saldría ileso, a mi ver. Entonces, en teoría, podría entrar de nuevo la anti-maternidad total hasta acabar con él. Pero conociendo el patriarcado como lo conocemos, no te parece casi imposible que esto suceda y las mujeres sean simplemente violadas, embarazadas a la fuerza como se da y se dio en todos los procesos de colonización? ¿Hasta qué punto las mujeres podrían resistir el embarazo en general? Y, en esa huelga de parto, la violencia del patriarcado tal vez no sólo aumentaría en vez de ser contenida?
Dona: En algunos años de infertilidad, como en la película "Children of Men" de 2006, los humanos comenzarían a desesperarse, y trabajar en laboratorios para crear alternativas al embarazo uterino. Probablemente esto traería un gran avance en los proyectos de creación de androides, clonación y reproducción genética artificial en hombres. Pero también comenzaría una escena de tráfico, piratería y violencia, jamás vista, contra los cuerpos de las mujeres y "a favor de la humanidad ", como usted está diciendo. Pero tal vez fuera la única manera de realmente dar un reinicio en la humanidad, interrumpiendo la máquina de reproducción humana, y en consecuencia la realidad del capitalismo. De otro modo eso no sería interrumpido, continuando las resistencias políticas del modo como las conocemos, los sueños revolucionarios cada vez más cooptados por la máquina de producción de capital.
Simone: Pero, ¿y si, si funciona? ¿Si no fuésemos todas y todas engullidas por esa guerra? ¿Y si el movimiento de anti-maternidad realmente interfiriese en el modo en que las cosas funcionan? Una súper estancada en los modos de producción y reproducción, trayendo de nuevo el futuro cerca de nosotros y el cuerpo y la vida como el principal valor, y no el capital! Un futuro para imaginarse.
Dona: Este período de anti-maternidad produciría un caos en las estructuras económicas. Todas aquellas empresas enfocadas en niños, desaparecerían en muy pocos meses. Quiero decir... En ese período muchas cosas perderían el sentido: las escuelas, la industria de juguetes, el papel de cuidado de las mujeres, los hospitales, el propio trabajo, nada funcionaría normalmente, pero éstas serían las primeras. Esto generaría una desestructuración en todos los niveles de producción, así como causaría una profunda reflexión sobre el sentido de la vida en el planeta Tierra.
Piden otra ronda de bebidas. Ya se están divirtiendo con la huelga general de la maternidad.
Dona: ¿Crees que las mujeres soportarían no ser madres? Quiero decir, dicen por ahí que no hay amor mayor que ese, y si fueran impedidas de serlo, ¿qué sustentaría las relaciones por ese período antes de la extinción?
Simone: Esta es la pregunta más difícil que me has hecho hoy. En cierto modo eso ya está sucediendo en algunos países de Europa y en algunos países de Asia. Porque tener hijos hoy en día está más relacionado con la clase social. Cuanto más intelectualizada y tecnologizada determinada población, menos hijos tiene. Los inmigrantes, los refugiados, las clases más bajas económicamente, generalmente tienen más hijos que las clases dominantes. Ya se tiene una gran cantidad de mujeres que no se dedican a la maternidad, sino a la construcción del mundo. Por supuesto que no es exactamente así, y nunca sin conflicto. Pero ya se tienen nuevas generaciones de mujeres, que no ven en la maternidad el sentido de sus vidas. Pero que no dejan de preocuparse por otras personas, o con la emancipación de los pueblos oprimidos. Pero una radicalización, o una huelga general de la maternidad, a partir del deseo común de todas las mujeres del mundo, sería realmente asombroso en el aceleramiento de ese proceso de reinicio. En caso de que esto ocurriera, se reiniciaría el sistema, y tal vez la maternidad se tornara algo mucho más raro e importante. Como en el texto de Haraway "The Camille Histories - Children of Compost", cuando habla que en ese mundo el embarazo es un acontecimiento en una comunidad. Que todos se convierten en cuidadores, seres simbióticos, desde animales, plantas, elementos de la naturaleza, hasta los más distantes espectros culturales. Pensando entonces en la anti-maternidad radical, sin autoritarismo ni fascismo, sólo sería posible si fuera a partir de una conciencia abrupta y generalizada, de interrupción del sistema patriarcal y de control en el único lugar donde realmente opera - en la vida.
Dona: Sí, el reboot ya estaría ocurriendo en la subjetividad de quien pudiera quedar embarazada cuando ese movimiento de radicalización de la anti-maternidad estuviera en curso. Tal vez fruto de algunas generaciones de un pensamiento que operara muy claramente contra un régimen de dominación del mundo. Aquí pienso en Medeia y
Llorona, que matan a sus hijos antes de que sufran la caída. Pero en el caso de no parir, es anterior. Es en la formación de un deseo extremo de frenar la máquina. Esto probablemente sería la lucha más intensa entre el biopoder y la biopotencia.
Simone: Hay un movimiento anti niños en el mundo de hoy - con las madres y niños separados, así como viejos y locos, cada uno en sus instituciones. Es firme y fuerte, y muy bien sirve al capitalismo porque quita de circulación a las personas sin fines de lucro inmediatos, mientras que promueven con ellas más capital. Por otro lado, los proyectos megalomaníacos de construcción de niños para el Estado que se tuvo en los regímenes autoritarios. Los niños en los hospitales infantiles desde el nacimiento, después en escuelas disciplinarias, para servir a los proyectos de guerra. O aún hoy en día, las fertilizaciones artificiales con genes desconocidos, donde la peor cuestión ética que se presenta es que sólo las empresas saben la procedencia de los genes, pero legalmente se convierten en dueñas de ellos, entonces ya no se trata de hijos del estado, pero hijos de empresas y corporaciones, con toda su ideología de eugenesia y racismo. En fin, me pregunto cómo sería vivir en ese mundo sin niños de hecho? ¿O dónde el nacimiento sería un acontecimiento raro?
Dona: Probablemente tendría más compromiso con la vida común. Los niños no serían depositarios de las expectativas de los adultos, o de uso del mercado, como son hoy en día. La gente tal vez se involucraría más en la relación con elementos de otras especies también, animales, plantas, minerales, bosques, y ese autocentrado humano genético se reconfiguraría, y con él la cuestión del antropomorfismo se manifestara con más fuerza, ya que sería atribuida a otros seres la expresión de cuidado humano. La necesidad de producción y consumo también sería necesariamente revista, ya que la caída sería drástica. Viviríamos con más robots, habría una súper inversión en los proyectos de ciborguezia y la duración de la vida. Pero todo en menor escala.
Simone: Cuando usted me dice que se les atribuir a otros seres las expresiones de cuidado y potencia humana pienso inmediatamente en las madres de los perros, en las fiestas de cumpleaños y la boda de los cachorros, los gatos y los animales domésticos. En una humanización infantil de los animales que ya está en curso. Pero por otro lado pudiera darse una potencia antropomórfica mayor que la antropocéntrica, con
horizontalización de las especies y elementos. Posiblemente las dos al mismo tiempo disputando las narrativas.
Dona: Probablemente tienes razón. Tal vez seriamos inundados por una cultura de humanización de todo el planeta, proyectando sobre él las características humanas, para al final conseguir eternizar nuestra carencia y voluntad. Pero creo que la cuestión de las comunas podría volver con más fuerza, incluso tecnológicamente, incluso pensando en desbravar nuevos mundos desconocidos, pero de esta vez con más gente comprometida en ese proceso y no como hoy en dia, que sólo los dueños del mundo y los herederos de la tierra lo pueden planificar. Y en esas comunas, no sólo humanas, se darían esas disputas por las perspectivas que usted dice. Por cierto. Creo que ya estamos caminando para eso, para esas comunidades alternativas, familias expandidas, sólo que todavía es poco, y tal vez ese proceso necesita ser acelerado, y las grandes ciudades vaciadas para el campo y pequeñas ciudades, con la liberación de los modos de ser y producir, para que las personas se sientan a gusto, no importa donde estén, siendo ellos mismos, con sus sexualidades múltiples y complejas, con sus razas, culturas, y claro, quiero que sea salvaguardado el nomadismo hecho con el tiempo, en lugar de esa carrera turística.
Simone: Sí, esas comunas con otros modos de pensar y vivir que pudieran reorganizarse por encima de ese vicio de colonización, y que agrupaciones con conocimientos ancestrales como los quilombolas y los ameríndios fueran muy empoderados, fueran espacios de poder, de articulación, de construcción de modos de vida, y no de pobreza, masacre y violencia.
Dona: Con menos humanos y más horizontalidad entre especies. Al fin, jajajaja.
Simone: ¿Sera que conseguimos?
Dona: No sé, pero ahora ya no tengo miedo de morir vieja, seca y sola dentro de un departamento en Vienna. Hecha momia dentro de mí casa hasta que me encuentren años después, por no haber tenido hijos. Ahora estoy con la idea de comenzar la construcción de las comunidades con usted y también con ese montón de otra gente. Y puedo ayudar en el proyecto inverso de la anti-maternidad, con las plantas y los animales.
Simone: Vamos a hacer esa comunidad entonces, ya estoy programando. Había otra cosa sobre la que te quería hablar, pero vamos a la calle, basta de este bar. Allá te cuento.